Desde tiempos inmemoriales, la literatura y la pintura han entrelazado sus caminos para dar forma a narrativas visuales de perdurable impacto. Durante los Siglos de Oro, recuperando y reinterpretando el lema horaciano ut pictura poesis, el arte pictórico adquirió un gran prestigio y valor, por lo que se convirtió en un medio idóneo con el que otorgar reputación y reconocimiento a los textos literarios. Esta fusión dio lugar a un vasto universo artístico en el que la pluma y el pincel se amalgamaron para crear obras maestras dotadas de un inigualable poder evocador.
Son numerosos los estudios que han tratado esta simbiosis; sin embargo, muy pocos han sido capaces de profundizar y establecer conexiones concretas entre obras y lienzos. Con el fin de ahondar en este aspecto, Jesús Botello López-Canti, profesor de Literatura del Siglo de Oro en la Universidad de Delaware, presenta, bajo el título Literatura y pintura en Cervantes y Lope de Vega, un monográfico en el que reivindica la influencia de la pintura en algunas obras de dos de los autores más destacados de nuestra literatura: Cervantes y Lope de Vega.
El volumen se encabeza con una introducción muy completa, precedida de un listado de imágenes y agradecimientos. Esta sección inicial comienza con un exordio en el que se toma, muy acertadamente, un fragmento del capítulo cuarto de los Diálogos de la pintura, de Vicente Carducho, como ejemplo mediante el que introducir y destacar el poder evocador de la pintura y su relación con la literatura. Esta parte constituye un buen pretexto para los siguientes apartados, donde el autor ofrece una contextualización exhaustiva del arte pictórico en el siglo XVII. Es digno de mención el nivel de profundización del capítulo, ya que Jesús Botello no solo se limita a exponer el gusto y aprecio por esta disciplina durante la edad dorada, sino que también analiza el contexto de recepción de la pintura en la época y la profusión de imágenes sagradas debido a la influencia de la Contrarreforma; todo ello con el fin de evidenciar y dar verosimilitud a las posibles conexiones que va a establecer entre lienzos y episodios. Además, resultan muy interesantes las definiciones que se incluyen de los términos ut pictura poesis y écfrasis, puesto que suponen la base y el fundamento para poder comprender el estudio en su totalidad.
Seguidamente, se presenta una recopilación de diversos autores, como De Armas, Portus Pérez o Sánchez Jiménez, quienes han sido pioneros en este campo y han sentado las bases de los temas tratados en el volumen. Estas referencias no solo sustentan y enriquecen el trabajo, sino que permiten explorar la verdadera fortuna del libro: la novedad que presenta en la perspectiva empleada y las conexiones literarias que se establecen con obras pictóricas reales. Se concluye esta parte inicial con un breve resumen del contenido del monográfico, mostrando una visión casi capítulo por capítulo. Esta síntesis resulta realmente útil y valiosa, pues aporta claridad y organización dentro de la complejidad del estudio, dadas las múltiples referencias y datos que se ofrecen, tanto en el texto como en las notas a pie de página. Asimismo, bajo mi punto de vista, es muy interesante el adelanto de algunas conclusiones clave; lo que nos prepara para una lectura mucho más profunda y enriquecedora.
Tras esta amplia introducción y contextualización, se incluyen ocho capítulos en los que se analizan conexiones pictóricas en Miguel de Cervantes y Lope de Vega. Los cuatro primeros episodios se centran en obras del primer escritor, mientras que los restantes están dedicados al Fénix de los Ingenios. Todos ellos coinciden en la estructura empleada, ya que el autor comienza con un repaso de los estudios que ya han tratado la obra que se va a analizar, de manera que se indica la perspectiva utilizada, las ideas más importantes a las que se llegaron y, sobre todo, lo que no ha sido examinado. De esta forma, no solo parte de una base muy sólida para sustentar sus ideas novedosas, sino que, indirectamente, enfatiza la originalidad y el valor del trabajo. Además, también es un elemento común el resumen que se incluye al final de cada capítulo, o en ocasiones al inicio del siguiente, para concretar los aspectos más importantes y destacables. Si bien la organización de la información proporciona unidad al volumen, la verdadera riqueza reside en la diversidad de contenidos que se tratan dependiendo de la historia o personaje que se analice. Así, se lanzan hipótesis y conexiones sustentadas en una gran variedad de motivos y perspectivas que van más allá del uso de la écfrasis, como el contexto de la época y del autor, las intenciones que se persiguen, la tradición, la simbología de ciertos colores o escenas, la iconología o incluso las similitudes entre técnicas pictóricas y literarias concretas.
A modo de ejemplo, me gustaría destacar el tratamiento que se hace de ciertos recursos estilísticos del Quijote y de algunas escenas de Los pastores de Belén.
El primero se desarrolla a lo largo del segundo capítulo, en el que el autor, tras un breve resumen del anterior y de lo que se va a tratar en este, hace hincapié en la necesidad de ir más allá de la écfrasis en el Quijote, frente a los estudios que se limitaron únicamente a ello. Así, examina y relaciona la pérdida de protagonismo de don Quijote hacia el final de la primera parte en relación con la técnica de subversión del orden espacial, utilizada frecuentemente en las obras pictóricas de Tintoretto, Piero della Francesca o Brueghel el Viejo. Asimismo, indaga en la capacidad del arte para engañar a los sentidos, de manera que remite a algunos recursos del Quijote conectándolos con las ilusiones visuales empleadas en la pintura del momento para engañar y hacer partícipes a los espectadores. Finalmente, el capítulo centra su contenido en un caso concreto: la relación entre Dorotea y Susana, sobre todo, a partir de las representaciones tituladas Susana y los viejos, de Tintoretto y Guercino. Cabe destacar que, a través del estudio de estas posibles conexiones entre episodios y lienzos, se lanza una nueva lectura del personaje de Dorotea, basada en los ideales contrarreformistas.
Es en el capítulo ocho en el que se estudia Los pastores de Belén, concretamente, las escenas de la anunciación de la Virgen y la adoración de los Reyes Magos, por ser dos posibles casos de écfrasis. La primera se relaciona con la obra de Fra Angelico debido a los múltiples paralelismos que se encuentran, como la descripción del ángel Gabriel, la presencia del rayo de luz o la mención a Adán y Eva; mientras que la segunda se vincula con la obra La adoración de los Magos, de Rubens, a través del énfasis en lo colorido, la grandiosidad y el exotismo. Por último, es muy relevante el vínculo que se establece entre esta escena y la versión de Maíno, ya que en este caso es probable que el pintor se basase en la obra de Lope. Considero que el hecho de introducir las imágenes de los lienzos permite que los lectores y las lectoras aprecien los detalles de manera mucho más profunda y directa.
Jesús Botello López-Canti nos ofrece un monográfico que se distingue por su rigor y singularidad, pues no solo profundiza en ciertos aspectos literarios desde una perspectiva novedosa y original, sino que también establece conexiones inéditas entre la pintura y la literatura en obras de Cervantes y Lope de Vega; siempre desde un atrevimiento calculado y respaldado por evidencias demostrables. La exhaustividad, meticulosidad y compromiso del autor son doblemente valiosos, ya que se reflejan en la amplia y variada gama de referencias utilizadas, pero también en su organización, que permite que un contenido tan complejo y completo sea accesible para todos y todas. Esta obra es una fuente imprescindible para los interesados en el arte del Siglo de Oro. Sumergirse en sus páginas es adentrarse en una visión novedosa de la unión entre el pincel y la pluma.