1. INTRODUCCIÓN. EL DON QUIXOTE DE ROB DAVIS Y LAS LICENCIAS DEL RECREADOR
⌅La versión original en lengua inglesa de la novela gráfica1
la dependencia argumental y diegética de una determinada obra o corpus narrativo, en términos tanto de producción –la intención autorial de reproducir, parafrasear, resumir o continuar un relato dado– como de su recepción, que igualmente presupone el hipotexto, forzosamente, ya que (salvo plagio) se hace expresa mención de la Fuente
(Gil González 2012Gil González, Antonio. 2012. +Narrativa(s). Intermediaciones novela, cine, cómic y videojuego en el ámbito hispánico. Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca., 130)4
Nos proponemos estudiar con el necesario detalle la estrategia –el juego, si se quiere– de la transmisión de la historia en la novela gráfica de Davis a partir del análisis de las diferentes voces de Cervantes (adaptador, narrador y personaje) y de la confrontación del hipotexto con la propuesta del recreador, en la que nos interesa tanto la concepción gráfica como el texto. En cuanto a la concepción gráfica, de acuerdo con Nieto-Cuebas, y tal como se puede constatar a la vista de los ejemplos que hemos seleccionado para ilustrar nuestro trabajo, el tratamiento que Davis dispensa a las diferentes unidades de la novela original es del mayor interés por su variedad y su acierto a la hora de reflejar los elementos de la arquitectura narrativa original: «Davis uses different types of panels, panel sequences, captions, lettering and sound effects to illustrate such important elements of the original as humor, action sequences, and interpolated narratives, among others» (Nieto-Cuebas 2020Nieto-Cuebas, Glenda Y. 2020. «The Sierra Morena Episodes in Don Quixote, from Prose to Visual Narrative». eHumanista/Cervantes 8: 215-234., 218). En este sentido, y por aducir un ejemplo que nos parece significativo, las narraciones que afectan a otros personajes, como la historia de Marcela y Grisóstomo, se presentan en un color y en un diseño diferentes (un color único en este caso en concreto)5
De acuerdo con lo que es propio de toda recreación de una obra literaria, que en tanto obra autónoma no basa necesaria ni exclusivamente su acierto ni su pertinencia en la subordinación a la literalidad del original, y consciente de sus posibilidades de crear una propuesta de narración gráfica que debe tanto a la novela que adapta como al peso iconográfico de su protagonista (Altenberg 2023Altenberg, Tilmann. 2023. «Don Quixote Unbound. Intertextuality, Interpictoriality, and Transculturality in Flix’s German Graphic Novel Adaptation (2012)». European Comic Art 16 (1): 6-42.), Davis se permite algunas licencias reseñables con respecto al original de Cervantes:
- En la novela gráfica el cura y el barbero reemplazan al narrador de la novela para dar cuenta del encuentro de don Quijote y Sancho Panza en el capítulo I, 7 del texto cervantino.
- Otra interesante licencia se aprecia en la recreación de la aventura de los galeotes, concretamente a propósito de la respectiva presencia de don Quijote y Ginés de Pasamonte en las historias del uno y del otro. A tiempo de reivindicar las bondades de su autobiografía, el segundo asegura al primero que este tendrá un capítulo en ella: «You, señor, are just another chapter in my book», anuncio que suscita la inmediata reacción de Sancho, quien insta a don Quijote a dejarle claro a Pasamonte que es este quien forma parte de un capítulo del libro que protagonizan el caballero y el escudero: «Tell him about your history, tell him that it is he who is a chapter in your book» (Davis 2011Davis, Rob. 2011. Don Quixote. Londres: SelfMadeHero., 90), en clara alusión a la aparición de Ginés en el capítulo I, 22 de la novela original.
- En tercer lugar, y como ya hemos visto en el caso del reencuentro de Fernando y Dorotea, se altera el orden de los acontecimientos de la historia original: en la novela gráfica, las circunstancias y detalles del encuentro fingido con Dulcinea que leemos en el final del capítulo I, 30 y en el capítulo I, 31 del Quijote son anteriores a la intervención de Dorotea como doncella menesterosa.
- En relación con la anterior licencia, conviene comentar, siquiera tangencialmente, la que se permite Davis a tiempo de explicar lo que estaba haciendo Dulcinea cuando Sancho llegó a su lado: mientras que en la novela original (I, 31) 6
Seguimos en todo momento la edición de Martín de Riquer de 1980 en Planeta. estaba «ahechando dos hanegas de trigo en un corral de su casa», en la novela gráfica estaba herrando un caballo («shoeing a horse», Davis 2011Davis, Rob. 2011. Don Quixote. Londres: SelfMadeHero., 115)7En la versión española, el traductor se permite la licencia de cambiar «caballo» por «burro». . - Por fin, y para reforzar la presencia de Cervantes en la recreación, cuando el ventero presenta a los demás personajes el manuscrito de El curioso impertinente, deja claro, a diferencia de lo que se dice (más bien de lo que no se dice) en el capítulo I, 32 del original, que su autor es «a poor wretch who now resides in a prison cell» (Davis 2011Davis, Rob. 2011. Don Quixote. Londres: SelfMadeHero., 121), reforzando, por una parte, el recurso gráfico consistente en situar la voz de Cervantes tras los barrotes de una cárcel, como poco más adelante veremos, y abonando la pista brindada por el narrador en el prólogo del Quijote de 1605 cuando dice que el fruto de su ingenio «se engendró en una cárcel, donde toda incomodidad tiene su asiento y donde todo triste ruido hace su habitación».
2. LAS VOCES DE CERVANTES: ADAPTADOR, NARRADOR Y PERSONAJE
⌅2.1. Una breve precisión inicial sobre las manifestaciones gráficas de la voz de Cervantes
⌅Frente a la novela original, en la que el despliegue metaficcional nos invita a intuir una posible proyección de Cervantes en el narrador-segundo autor que se manifiesta en tercera persona autorreferencial al final del capítulo I, 8 y en primera persona en el capítulo I, 9, en el Don Quixote de Davis la identificación clarísima de la voz de Cervantes se da desde el primer momento como adaptador (y es importante insistir en esta categoría, como veremos en breve), como narrador y como personaje, y se refleja de forma coherente a través de cartuchos en el segundo caso y a través de globos tanto en el primero como en el tercero8
2.2. La voz de Cervantes como adaptador
⌅Desde el primer momento se despliega el juego de la creación y la transmisión de la historia. El texto que se inserta bajo el título de la novela gráfica deja claro que «Cervantes conceived of Don Quixote whilst he was imprisoned in Seville» (Davis 2011Davis, Rob. 2011. Don Quixote. Londres: SelfMadeHero., 3), pero el mismo Cervantes, cuya voz (siempre sin rostro, para abonar el misterio que subyace al juego)9
A diferencia de lo que ocurre en el Quijote de 1605, en donde el juego de las voces narrativas no se desarrolla con el vigor que alcanza en la segunda parte, en la primera parte de la novela gráfica de Davis la intervención de Cervantes tras las rejas de su prisión es permanente. Así, en el momento en que en la recreación que estudiamos se parafrasean las primeras palabras del monólogo del protagonista en su primerísima salida11
Con alguna diferencia, la forma en la que se produce la transición entre la desaparición de Marcela y la aventura de los yangüeses es coherente con el comienzo del capítulo I, 15 del Quijote: «Our Arabic author, Cide Hamete Benengeli, tells us that knight and squire never found Marcella» (Davis 2011Davis, Rob. 2011. Don Quixote. Londres: SelfMadeHero., 55). A diferencia del original, sin embargo, en el mismo contexto de la novela gráfica vuelve a escucharse la voz de Cervantes, quien por una parte deja claro que si él hubiera sido el autor las cosas habrían sido de otra forma («Had I been writing this story12
En la recreación de Davis la voz de Cervantes desplaza sobre Benengeli la responsabilidad de ciertas adiciones u omisiones, ampliando tanto la superficie textual como el horizonte de inferencias del texto cervantino. En efecto, Cervantes actúa de esta manera cuando nos deja claro que el autor arábigo no abunda en detalles sobre las consecuencias de la ingestión del bálsamo de Fierabrás en Sancho Panza, aunque replica las que conocemos en el capítulo I, 17 del original alterando e incrementando significativamente su duración: así, y por poner un ejemplo, las dos horas del sufrimiento de Sancho en la novela quedan repartidas en la recreación de Davis nada más y nada menos que en tres de náuseas y cinco de deyecciones: «Cide Hamete Benegeli spares us the full details of what befell poor Sancho. We do know that he suffered terrible nausea for three hours before exploding from both ends for a further five hours» (Davis 2011Davis, Rob. 2011. Don Quixote. Londres: SelfMadeHero., 69). Otro tanto leemos cuando cita a Benengeli a tiempo de que Sancho ate las patas a Rocinante con el cabestro del rucio en la aventura de los batanes (I, 20): «The wise historian Benengeli tells us that Sancho tied together Rocinante’s forelegs with the donkey’s reins to prevent don Quixote from leaving» (Davis 2011Davis, Rob. 2011. Don Quixote. Londres: SelfMadeHero., 81) o cuando hace lo propio para expresar el desconcierto del caballero ante la disparatada historia de las cabras, que en la novela gráfica se explica con un detalle, precisión temporal incluida, que no se corresponde con el texto original: «Cide Hamete Benengeli tells us that don Quixote was silenced for a whole hour, such was his astonishment at Sancho’s story» (Davis 2011Davis, Rob. 2011. Don Quixote. Londres: SelfMadeHero., 83).
En esta licencia por exceso Davis no deja de ser coherente con el juego de la transmisión de la historia del Quijote, toda vez que, desde su recuperación en I, 9, aceptamos que lo que estamos jugando a leer es la paráfrasis con la que el narrador transmite la traducción del texto encontrado en el Alcaná de Toledo. El matiz diferenciador es que en la novela gráfica que estudiamos la responsabilidad de la transmisión recae precisamente sobre Cervantes, siempre retratado a través de su voz, de modo que su estatuto narrativo contribuye a abonar la ilusión de la distancia con respecto a la autoría de la verdadera historia a la que esa voz remite sin dejar de asumirla. De paso, asistimos a un evidente incremento de la presencia de Benengeli en el Quijote de Davis con respecto al original cervantino.
La penúltima intervención de la voz de Cervantes en la novela gráfica es coherente con la del narrador-segundo autor al final del capítulo I, 52 del original: la nueva interrupción de la historia, cuyo final, en la recreación de Davis, Sancho ha olvidado entregarle a don Quijote. El Cervantes de Davis, que reivindica desde el primer momento la condición de adaptador de la historia de Benengeli, no conoce si habrá o no una tercera parte y solo puede responder de lo que se contiene en las páginas que, como veremos más adelante, entregó personalmente a Sancho en su momento y que son las mismas que compró en el Alcaná de Toledo: «Sadly, I have been unable to discover whether a third sally of don Quixote ever took place. The last of the pages I bought from the boy in the market is the page I gave to Sancho…» (Davis 2011Davis, Rob. 2011. Don Quixote. Londres: SelfMadeHero., 148). En la novela gráfica ese final de la historia contiene, en una versión muy libre, por cierto, los epitafios de don Quijote y Sancho Panza que firma el Cachidiablo en el capítulo I, 52 del Quijote, y el de Dulcinea, que suscribe el Tiquitoc en el mismo capítulo.
La última intervención de Cervantes (Fig. 4) es un agradecimiento al lector por su acompañamiento, volviendo a dejar claros los límites que le impone su condición de prisionero, y enfatizando la fuerza de una historia que atrapa a quien la lee. Es de notar la coherencia del final con los paratextos iniciales de la recreación de Davis, en los que se manifestaba de forma inmediata la imagen de la voz que se oye desde el otro lado de las rejas, la misma voz que se escucha en el último momento de la novela gráfica: «Thank you for joining me in here for this history. I hope escape will be easier for you than it is for me. Then again, is it possible to escape a book like don Quixote?» (Davis 2011Davis, Rob. 2011. Don Quixote. Londres: SelfMadeHero., 151).
Esta ilusión de circularidad es una de las muchas muestras del peso específico que adquiere en la recreación de Davis la voz expresa de un Cervantes que aglutina los papeles de narrador, adaptador garante de la verdadera historia y personaje que interviene en la historia misma.
La voz del Cervantes adaptador discute, matiza y aclara. Discute, por ejemplo, la antigua amistad que el cura afirma mantener con Cervantes a tiempo de salvar La Galatea del escrutinio, momento en el que Davis se permite la licencia de hacer decir al cura que ha oído que han vuelto a encarcelar a su amigo. La intervención de Cervantes no puede alejarse más de las palabras del cura, pero las acepta desde la obligación de atenerse a la literalidad de la historia: «I can’t remember meeting the curate prior to encountering him in these pages, so I don’t know how we can be good Friends. But those are his words as recorded in the official history and it is my duty to stick to the truth as it is written» (Davis 2011Davis, Rob. 2011. Don Quixote. Londres: SelfMadeHero., 26).
La voz de Cervantes precede en la novela gráfica a la aparición de los dibujos de don Quijote, el vizcaíno Sancho de Azpeitia, Rocinante y Sancho Panza, que quedan descritos en el capítulo I, 9 del texto original en sintonía con el final del capítulo anterior, de modo que lo que en el Quijote es la constancia de una “historia pintada”, en la recreación se convierte en una imagen que, al igual que en la novela, pretende expresar la inmovilidad de los combatientes (Fig. 5). Inmediatamente después (Fig. 6), la ilusión de inmovilidad da paso a las marcas gráficas de dinamismo propias de la reanudación del combate que se había detenido con la interrupción de la historia, y la transición entre la inmovilidad y el movimiento, reforzada por la diferencia cromática entre ambos momentos, se articula, a diferencia de la novela, devolviendo el protagonismo a Benengeli, que aparece bajo la categoría paralela de historiador arábigo»: «The Arab historian tells us this is what happens next in the adventures of don Quixote» (Davis 2011Davis, Rob. 2011. Don Quixote. Londres: SelfMadeHero., 43)14
Más adelante vemos también la intervención esclarecedora de la voz de Cervantes, que aclara lo mismo que el narrador en el capítulo I, 21 del original, es decir, que quien don Quijote cree ser caballero portador del yelmo de Mambrino es en realidad un barbero con su bacía en la cabeza para protegerse de la lluvia: «Truth be told, the man don Quixote took to be a black knight was a travelling barber who stuck his brass shaving basin on his head at the first sign of rain» (Davis 2011Davis, Rob. 2011. Don Quixote. Londres: SelfMadeHero., 86). Resulta de especial interés, por lo que respecta al tratamiento gráfico, que la lluvia se haga presente tanto en la viñeta que refleja las rejas tras las que Cervantes se halla preso como en las propias de la aventura del yelmo, como si quisiera crearse una ilusión de presencia o de sincronicidad entre el artífice de la narración y su objeto (Fig. 7).
Interesa asimismo la nueva intervención de la voz de Cervantes adaptador para manifestar complicidad con el lector, por la sorpresa que supone el éxito de la intervención de Dorotea como la falsa princesa Micomicona para conseguir que don Quijote deponga su penitencia para ayudarla a recuperar su reino, en consonancia con el capítulo I, 30 del original: «The plan worked! I know, I’m just as surprised as you are. But there it is –Thanks to Dorotea’s guile, don Quixote descended from the Sierra Morena willingly» (Davis 2011Davis, Rob. 2011. Don Quixote. Londres: SelfMadeHero., 117).
En una nueva intervención, en este caso proléptica, que se manifiesta tras la referencia de don Quijote a la espada de Amadís y que se corresponde con el capítulo I, 43 de la novela original, la voz del Cervantes adaptador anuncia la complicación de la trama con la aparición de nuevos personajes en la venta: el barbero a quien don Quijote arrebató la bacía (I, 44) y los cuadrilleros de la Santa Hermandad que buscan a quien liberó a los galeotes (I, 45): «It’s at this point in the story where the devil takes a hand and brings yet more the guests to the inn» (Davis 2011Davis, Rob. 2011. Don Quixote. Londres: SelfMadeHero., 133)15
Por fin, en una nueva aclaración, la voz del adaptador se dirige al lector con complicidad en relación con el atuendo empleado para la representación urdida por el cura y los demás personajes en el capítulo I, 46 del Quijote, con el fin de muñir el encantamiento del protagonista: «You won’t be surprised to learn that this plan of the curate’s, like the last one, involved dressing up» (Davis 2011Davis, Rob. 2011. Don Quixote. Londres: SelfMadeHero., 138).
2.3. La voz de Cervantes como narrador
⌅Tan pronto como empieza la secuencia gráfica, la voz del autor-narrador se hace evidente en forma de cartuchos, diferenciada de los parlamentos de los personajes, que se formulan en globos con la intención inequívoca de advertir al lector acerca de quién domina desde el principio la transmisión de la historia: «My voice now appears in these boxes. So, if you see one of these boxes you’ll know it’s me speaking» (Davis 2011Davis, Rob. 2011. Don Quixote. Londres: SelfMadeHero., 6).
La narración de la novela gráfica es coherente con el uso de las fuentes indefinidas del original: cuando se nos habla de la posibilidad de que Dulcinea del Toboso ni siquiera conociera a don Quijote, la expresión «the history is unclear on this point» (Davis 2011Davis, Rob. 2011. Don Quixote. Londres: SelfMadeHero., 11) se ajusta a las propias de la novela en el capítulo I, 1 («a lo que se cree»; «según se entiende»)16
El juego de la transmisión de la historia también se basa en la presencia recurrente, pero no permanente, de una voz narrativa que supone una extensión de esa voz de Cervantes que se manifiesta tras las rejas y siempre con la intención de matizar o dejar clara su voluntad como adaptador y su conocimiento de la verdadera historia, a la que se atiene. Desde esta extensión se contrapone la realidad a la ensoñación de don Quijote, como cuando este cree divisar un castillo (igual que en el capítulo II, 2 de la novela). Sin embargo, según se nos aclara en el cartucho: «this is not a castle. This is an inn» (Davis 2011Davis, Rob. 2011. Don Quixote. Londres: SelfMadeHero., 14).
No siempre los cartuchos narrativos en los que se expresa la voz que funde al narrador, al segundo autor y a Cervantes contienen una información esclarecedora de la realidad. De hecho, cuando la recreación de Davis se refiere al momento del final del capítulo I, 15 del original, en el que los protagonistas discuten sobre la condición de venta o castillo del establecimiento en el que prevén alojarse, la voz narrativa, que poco antes había sido inflexible con la percepción de la realidad dejando claro, como hemos visto, que se trataba de una venta, ahora desplaza sobre el lector la posibilidad de elegir insertando una opción en cada una de las dos viñetas sucesivas: «Not far away –an inn! Or a castle… Take your pick» (Davis 2011Davis, Rob. 2011. Don Quixote. Londres: SelfMadeHero., 59).
En otras ocasiones, esa voz narrativa con la que Cervantes extiende su “voz propia” define la transición entre dos momentos de la narración. Al igual que hace el narrador al final del capítulo I, 25 de la novela («Y así, le dejaremos ir su camino…»), el cartucho en el que se expresa la voz narrativa de Cervantes marca el cambio en el foco de la historia desde las locuras de don Quijote al viaje de Sancho precisamente al inicio de una página: «We shall leave don Quixote headbanging in the mountains and recount what befell Sancho Panza» (Davis 2011Davis, Rob. 2011. Don Quixote. Londres: SelfMadeHero., 104).
2.4. La voz de Cervantes como personaje
⌅A tiempo de recrear la pérdida de la historia en el momento en el que don Quijote y el vizcaíno quedan con las espadas en alto al final del capítulo I, 8 del Quijote, Davis reelabora de forma muy especial los ingredientes del juego en su novela gráfica. En primer lugar, inserta elementos enfáticos en la intervención de la voz narrativa de Cervantes para reforzar en sendos recuadros que, en efecto, la historia se ha perdido: «And that’s where it ends»; «No, really, it is» (Davis 2011Davis, Rob. 2011. Don Quixote. Londres: SelfMadeHero., 39). En segundo lugar, su tratamiento gráfico del momento, resuelto en una viñeta que ocupa toda una página en la que los dos personajes aparecen precisamente inmovilizados y con las espadas en alto, se ajusta al final del capítulo I, 8 del original. Lo más significativo, sin embargo, es que en la propuesta de Davis el segundo autor es claramente Cervantes, quien, a diferencia de la tercera persona autorreferencial de la novela, se expresa en primera persona ya antes de referir las peripecias del hallazgo del manuscrito perdido que leemos en el capítulo I, 9 de la novela y deja claro su seguimiento de una historia escrita por un autor no identificado:
The original history leaves these two frozen in mid-air. The author says he can find nothing else written about the feats of don Quixote de la Mancha. I imagine you are surprised as I was. Although as second undertaker of this history my pain was perhaps greater than yours
(Davis 2011Davis, Rob. 2011. Don Quixote. Londres: SelfMadeHero., 39).
Cuando la novela gráfica aborda estas peripecias, la voz de Cervantes se vuelve a manifestar expresando sus expectativas con respecto a la historia perdida en términos parecidos a los del capítulo I, 9 del original y, al igual que vimos en el comienzo de la recreación de Davis, esa voz se extiende a través de los recuadros narrativos reforzando la fusión del segundo autor de la novela con la identidad de Cervantes desde esa primera persona que, a diferencia de lo que ocurre en el capítulo I, 8 del Quijote, y como ya hemos hecho notar, se despliega claramente en el momento equivalente de la novela gráfica. Para bordar este engranaje, Cervantes, adaptador y narrador, se transforma en personaje gracias a la combinación de tres efectos gráficos de innegable eficacia: el empleo de un color único, para significar la diferencia entre las peripecias de los protagonistas y la presunta voz de Cervantes; el uso de globos (no de cartuchos), al igual que en sus intervenciones al otro lado de los barrotes de la cárcel y al igual que para los parlamentos de los demás personajes del cómic, y el hecho de que esos globos, que ahora transportan la voz del Cervantes personaje, se hagan presentes en la viñeta creando la ilusión óptica de que no están dentro de ella, sino que proceden de un plano exterior representado por una mínima, pero evidente, abertura en los trazos verticales u horizontales (siempre, en todo caso, en la línea izquierda o inferior de la viñeta) que deja claro que Cervantes está hablando “desde fuera” (Davis 2011Davis, Rob. 2011. Don Quixote. Londres: SelfMadeHero., 40) y siempre sin que al otro lado del bocadillo podamos ver una imagen (Fig. 8), al igual que ocurre con la voz que sale de los barrotes de la prisión, contribuyendo así, como observa Plozner Bruder (2022bPlozner Bruder, Aude. 2022b. «Le système narratif dans l’adaptation graphique du Don Quichotte de Cervantès par Rob Davis». Crisol 24. Accesible en: <https://crisol.parisnanterre.fr/index.php/crisol/article/view/479/548>.), a crear gráficamente la ambigüedad en torno a su identidad.
El resultado de este coherente juego de voces sin imagen sostenido por el Cervantes adaptador y el Cervantes personaje produce una ilusión de permanente presencia en el cómic, sin que se resienta el respeto a la verdadera autoría de la obra perdida, inmediatamente esclarecida por el morisco: «It is called “The history of Don Quixote de la Mancha, written by Cide Hamete Benengeli, an arab historian”» (Davis 2011Davis, Rob. 2011. Don Quixote. Londres: SelfMadeHero., 41). Estamos hablando, claro, del morisco a quien Cervantes contratará como traductor.
Resulta en verdad sorprendente que el mismísimo Cervantes hable desde su celda con Sancho (Fig. 9) cuando este reacciona al oír su nombre pronunciado por aquel, quien le entrega personalmente al escudero el final de la historia confiando en que estará a salvo en sus manos dado que este no sabe leer (Davis 2011Davis, Rob. 2011. Don Quixote. Londres: SelfMadeHero., 143). Se confunden, así, en un momento configurado por la ficción, el plano de la adaptación y narración de la historia y la historia misma, representada en este caso por uno de sus protagonistas, y esa confusión vuelve a sustentarse en una de las dimensiones de la naturaleza proteica que adquiere el Cervantes recreado por Davis: su condición de personaje de la misma historia que adapta y narra a partir de la fuente original que supone Cide Hamete Benengeli, en una secuencia problemática, como considera con acierto Plozner Bruder, en la que la voz narrativa, inicialmente extradiegética, se torna de repente intradiegética «en se matérialisant et en (inter)agissant au sein même de l’histoire qu’elle raconte» (Plozner Bruder 2022bPlozner Bruder, Aude. 2022b. «Le système narratif dans l’adaptation graphique du Don Quichotte de Cervantès par Rob Davis». Crisol 24. Accesible en: <https://crisol.parisnanterre.fr/index.php/crisol/article/view/479/548>., párrafo 23). Una muestra clara, en fin, de lo que Martínez (2018Martínez, Matías. 2018. «Don Quijote als literaturcomic-Reduktion oder Transformation narrativer Komplexität? Die Quijote-Comics von Will Eisner, Rob Davis und Flix». En Cervantes en los siglos XX y XXI. La recepción actual del mito del Quijote, editado por PalomaOrtiz de Urbina Sobrino, 99-120. Suiza: Peter Lang.) considera un irónico diseño metaléptico del autor y sus instancias narrativas.
Precisamente por eso, a renglón seguido, y en un nuevo detalle que abona la licencia de Davis, Cervantes desplaza sobre Benengeli la razón por la cual no prosperan las intenciones de fuga que Sancho Panza propone y don Quijote acepta en el capítulo I, 49 de la novela, facilitando la transición inmediata a la aventura de los disciplinantes que leemos en el capítulo I, 52 mediante un recurso que sustenta con evidente acierto la solución forzosamente sintética que la novela gráfica representa con respecto al texto original. Es Cervantes quien cita a Benengeli mediante el uso de un verbum dicendi que remite a la fuente anunciando la inmediata aventura que da al traste con el plan de Sancho: «Cide Hamete Benengeli tells that Sancho’s escape plan never had the chance to work, because our valorous knight spied a new adventure approaching» (Davis 2011Davis, Rob. 2011. Don Quixote. Londres: SelfMadeHero., 144). La aventura a la que se refiere el Cervantes de Davis no es otra que la descabellada intervención de don Quijote para “liberar” a la virgen que va en procesión, que él cree ser «una buena señora que allí va cautiva» en el texto cervantino (I, 52) y a quien en la novela gráfica ve también como una cautiva, pero con una condición mucho más elevada: «These discourteous knights have kidnapped a princess!» (Davis 2011Davis, Rob. 2011. Don Quixote. Londres: SelfMadeHero., 144).
CONCLUSIONES
⌅En conclusión, y a diferencia de los procedimientos de proyección autorial que en el Quijote de 1605 recaen sobre todo en el narrador-segundo autor, en la novela gráfica de Rob Davis, que se adscribe a la categoría de la ilustración de acuerdo con la tipología de Gil González, la manifestación explícita de la voz de Cervantes, siempre presente al otro lado de las rejas de su prisión, es evidente en tres instancias diferentes: la del adaptador de la obra escrita por Cide Hamete Benengeli, manifestada muy tempranamente por el mismo Cervantes; la del narrador que garantiza la continuidad del relato y la del personaje que acaba formando parte de la misma historia que cuenta. Tres instancias que discuten, matizan, aclaran, amplían, advierten, refuerzan, afirman y niegan, en consonancia con los mecanismos metaficcionales que sustentan el juego de la transmisión de la historia en el Quijote, incluido el recurso a las fuentes indefinidas.
Como consecuencia de este entramado, la presencia de Benengeli en el juego de la transmisión de la historia en la novela gráfica de Davis –no exento de legítimas licencias, como la alteración del orden de los acontecimientos con respecto al original entre otras de las que nos hemos ocupado–, es significativamente superior al propio de la primera parte del original cervantino, lo cual demuestra la conciencia que adquiere el recreador de las posibilidades funcionales del recurso, e implica, de forma reseñable, un desplazamiento de la responsabilidad de ciertas adiciones y omisiones hacia el autor arábigo por parte de Cervantes, que interviene como personaje en la misma historia que narra y adapta. Además, el Cervantes de Davis asume la responsabilidad de la transmisión gracias a la proyección recurrente de una voz narrativa que extiende la suya y que se manifiesta desde el otro lado de las rejas para dejar claro que conoce la verdad de la historia y que se expresa en primera persona desde el primer momento, logrando un efecto de presencia constante en la novela gráfica muy superior a la proyección del Cervantes cervantino en el Quijote de 1605.
Con su dominio de los recursos icónicos, con sus singularidades textuales y con su tratamiento de la arquitectura narrativa de la novela cervantina, el Don Quixote de Davis es, en fin, una nueva muestra tan atractiva como elaborada del amplio proceso recreador del Quijote, fuente inagotable de sugerencias que aún nos reserva revelaciones y sorpresas.